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Lo fascinante tiende necesariamente a llamar la atención; lo interesante, no. Una velada pasada con una persona fascinante deja recuerdos vívidos; una pasada con personas interesantes tiene meramente una especie de ramillete.
Lo fascinante tiende necesariamente a llamar la atención; lo interesante, no. Una velada pasada con una persona fascinante deja recuerdos vívidos; una pasada con personas interesantes tiene meramente una especie de ramillete.