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¿No es una sorprendente coincidencia que casi todo el mundo tenga la misma religión que sus padres? Y siempre resulta que es la religión correcta. Las religiones son cosa de familia. Si nos hubiéramos criado en la antigua Grecia, todos adoraríamos a Zeus y Apolo. Si hubiéramos nacido vikingos adoraríamos a Wotan y Thor. ¿Cómo es posible? A través del adoctrinamiento infantil.