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Yo mismo, y toda la Hueste Angélica, que estamos a la vista de Dios entronizado, nuestro feliz estado mantenemos, como tú el tuyo, mientras nuestra obediencia mantenga. Con ninguna otra garantía: libremente servimos, porque libremente amamos.
Yo mismo, y toda la Hueste Angélica, que estamos a la vista de Dios entronizado, nuestro feliz estado mantenemos, como tú el tuyo, mientras nuestra obediencia mantenga. Con ninguna otra garantía: libremente servimos, porque libremente amamos.