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No te apresures a condenar al hombre que ya no cree en Dios: porque tal vez sea tu propia frialdad y avaricia y mediocridad y materialismo y egoísmo lo que ha enfriado su fe.
No te apresures a condenar al hombre que ya no cree en Dios: porque tal vez sea tu propia frialdad y avaricia y mediocridad y materialismo y egoísmo lo que ha enfriado su fe.