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Con demasiada frecuencia, el hombre fuerte y silencioso se calla sólo porque no sabe qué decir, y se reputa fuerte sólo porque ha permanecido callado.
Con demasiada frecuencia, el hombre fuerte y silencioso se calla sólo porque no sabe qué decir, y se reputa fuerte sólo porque ha permanecido callado.