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Del seno del aire, de los pliegues nubosos de sus vestiduras agitadas, sobre los bosques pardos y desnudos, sobre los campos de cosecha abandonados, silenciosa, suave y lenta desciende la nieve.
Del seno del aire, de los pliegues nubosos de sus vestiduras agitadas, sobre los bosques pardos y desnudos, sobre los campos de cosecha abandonados, silenciosa, suave y lenta desciende la nieve.