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Nietzsche fue quien hizo el trabajo por mí. En cierto momento de su vida, le vino la idea de lo que él llamaba "el amor a tu destino". Sea cual sea tu destino, pase lo que pase, dices: "Esto es lo que necesito". Puede parecer una ruina, pero afróntalo como si fuera una oportunidad, un reto. Si aportas amor a ese momento -no desánimo- descubrirás que la fuerza está ahí. Cualquier desastre al que puedas sobrevivir es una mejora en tu carácter, en tu estatura y en tu vida. ¡Qué privilegio! Es entonces cuando la espontaneidad de tu propia naturaleza tendrá la oportunidad de fluir.