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Aunque todo el mundo aunara sus fuerzas, no podrían lograr que se concibiera un solo niño en el vientre de ninguna mujer ni hacer que naciera; eso es obra enteramente de Dios.
Aunque todo el mundo aunara sus fuerzas, no podrían lograr que se concibiera un solo niño en el vientre de ninguna mujer ni hacer que naciera; eso es obra enteramente de Dios.