-
Si consideramos lo que la ciencia ya ha permitido a los hombres conocer -la inmensidad del espacio, la fantástica filosofía de las estrellas, la infinita pequeñez de la composición de los átomos, el macrocosmos por el que sólo conseguimos crear contornos y traducir una medida en números sin que nuestra mente pueda formarse ninguna idea concreta de él-, quedamos asombrados ante la enorme maquinaria del universo.