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  • Abandona la idea de ser una persona, eso es todo. No necesitas convertirte en lo que eres. Existe la identidad de lo que eres y existe la persona superpuesta a ella. Todo lo que conoces es la persona, la identidad -que no es una persona- no la conoces, porque nunca dudaste, nunca te hiciste la pregunta crucial: "¿Quién soy?".