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Nuestro carácter no es tanto el producto de la raza y la herencia como de aquellas circunstancias por las que la naturaleza forma nuestros hábitos, por las que nos nutrimos y vivimos.
Nuestro carácter no es tanto el producto de la raza y la herencia como de aquellas circunstancias por las que la naturaleza forma nuestros hábitos, por las que nos nutrimos y vivimos.