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Hoy todos hablamos, si no la misma lengua, el mismo idioma universal. No hay ningún centro, y el tiempo ha perdido su antigua coherencia: Oriente y Occidente, ayer y mañana existen como un revoltijo confuso en cada uno de nosotros. Tiempos y espacios diferentes se combinan en un aquí y ahora que está en todas partes a la vez.