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El individuo tiene intereses totalmente diferentes a los de la sociedad, porque la sociedad no tiene alma. La sociedad no tiene alma. Y si te conviertes demasiado en una parte de la sociedad, se reducirá tu alma también a una no-entidad. Ten cuidado, antes de que hayas perdido toda tu oportunidad. No seas un esclavo. Sigue a la sociedad hasta el punto que consideres necesario, pero sigue siendo siempre dueño de tu propio destino.