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  • No llamo virtud a la virginidad que reside únicamente en la integridad del cuerpo; mucho menos si es con el propósito de conservarla perpetuamente, pues entonces es un vicio sumamente inhumano. - Pero yo llamo a esa virginidad una virtud que está dispuesta y deseosa de entregarse en términos honestos y legales, cuando la justa razón lo requiere; y hasta entonces, se mantiene con una modesta castidad de cuerpo y mente.