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No necesitan nuestros elogios. No necesitan que nuestra admiración les sostenga. No hay inmortalidad más segura que la suya. No venimos por ellos, sino por nosotros, para beber en las mismas fuentes de inspiración de las que ellos bebieron.
No necesitan nuestros elogios. No necesitan que nuestra admiración les sostenga. No hay inmortalidad más segura que la suya. No venimos por ellos, sino por nosotros, para beber en las mismas fuentes de inspiración de las que ellos bebieron.