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El primer paso para salvar nuestra libertad es darnos cuenta de cuánto hemos perdido ya, cómo la hemos perdido y cómo seguiremos perdiéndola a menos que se produzcan cambios políticos fundamentales.
El primer paso para salvar nuestra libertad es darnos cuenta de cuánto hemos perdido ya, cómo la hemos perdido y cómo seguiremos perdiéndola a menos que se produzcan cambios políticos fundamentales.