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Un visitante de la casa de campo de Niels Bohr, al fijarse en una herradura colgada en la pared, se burló del eminente científico acerca de esta antigua superstición. "¿Puede ser cierto que usted, de entre toda la gente, crea que le traerá suerte?".
Por supuesto que no", respondió Bohr, "pero tengo entendido que te trae suerte, lo creas o no".