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En el laboratorio no hay rangos fustianos, ni aristocracias brummagem; ¡el dominio de la Ciencia es una república, y todos sus ciudadanos son hermanos e iguales, sus príncipes de Mónaco y sus canteros de Cromarty se reúnen, desprovistos de galas artificiales y decoraciones meretrices, en un mismo nivel majestuoso!