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  • La naturaleza no conoce fronteras políticas. Pone seres vivos en este globo y observa el libre juego de las fuerzas. Luego confiere el derecho de amo a su hijo predilecto, el más fuerte en valor e industria... El más fuerte debe dominar y no mezclarse con el más débil, sacrificando así su propia grandeza. Sólo el débil nato puede considerar esto cruel.