Autores:
  • No sabemos cómo se han originado tantas reglas absurdas de conducta, así como tantas creencias religiosas absurdas; ni cómo es que han llegado a estar, en todas partes del mundo, tan profundamente impresas en las mentes de los hombres; pero es digno de observar que una creencia inculcada constantemente durante los primeros años de vida, mientras el cerebro es impresionable, parece adquirir casi la naturaleza de un instinto; y la esencia misma de un instinto es que se sigue independientemente de la razón.

    Charles Darwin (1871). “The Descent of man”, p.95