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  • Cuando vamos a entrar en el agua... en presencia de la congregación y bajo la mano del presidente, profesamos solemnemente que renegamos del diablo, de su pompa y de sus ángeles. Después de esto nos sumergimos tres veces, haciendo una promesa algo mayor que la que el Señor designó en el Evangelio. A continuación se nos toma en brazos [referencia a la tradición romana de reconocer a un recién nacido como miembro de la familia]. Primero probamos una mezcla de leche y miel y desde ese día nos abstenemos del baño diario durante toda una semana.