En un estudio exhaustivo de todos los tiroteos públicos múltiples ocurridos en Estados Unidos entre 1977 y 1999, los economistas John Lott y Bill Landes descubrieron que la única política pública que reducía tanto la incidencia como el número de víctimas de esos tiroteos eran las leyes de portación oculta. No sólo se producen un 60% menos de masacres con armas de fuego después de que los estados adopten leyes de portación oculta, sino que el índice de muertos y heridos en esos tiroteos se reduce en un 80%.