Pero la naturaleza -es decir, la evolución biológica- no ha adaptado al hombre a ningún entorno específico. Al contrario, ... dispone de un equipo de supervivencia bastante rudimentario; y sin embargo -he aquí la paradoja de la condición humana- que le adapta a todos los entornos. Entre la multitud de animales que corretean, vuelan, excavan y nadan a nuestro alrededor, el hombre es el único que no está encerrado en su entorno. Su imaginación, su razón, su sutileza emocional y su dureza le permiten no aceptar el entorno, sino cambiarlo.