-
En la medida en que nos alimentamos de Cristo y estamos enamorados de Él, sentimos en nuestro interior el estímulo de llevar a otros hacia Él: En efecto, no podemos guardarnos para nosotros la alegría de la fe; debemos transmitirla.
En la medida en que nos alimentamos de Cristo y estamos enamorados de Él, sentimos en nuestro interior el estímulo de llevar a otros hacia Él: En efecto, no podemos guardarnos para nosotros la alegría de la fe; debemos transmitirla.