Compréndelo, no elijas, no elijas ni siquiera la falta de elección. Simplemente comprende toda la situación: que cualquier cosa que elijas, cualquier cosa que hagas, saldrá de la mente calculadora. No puede ser real. Tu mente sólo puede producir sueños, no puede producir la verdad. La verdad no puede producirse, nadie puede producirla. Está ahí; tiene que ser vista. No hay que hacer nada, sólo se necesita una mirada, una mirada sin prejuicios, una mirada sin elección, una mirada sin distinciones.