El hombre que está dormido reacciona; no sabe nada de acción. Y la reacción es una atadura: te ata a nuevas prisiones, a nuevas cadenas. La reacción está fuera de la libertad, de ahí que traiga más libertad. La reacción sale del pasado; actúas según tus recuerdos, incorporado por tus experiencias, condicionamientos. No reaccionas al presente, no en el presente. No reflejas la situación real tal como es; sigues interpretándola según tu pasado, tus experiencias pasadas. El hombre despierto es como un espejo: refleja lo que es. ESTÁ DESPIERTO.