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Consideremos el Corán... este miserable libro fue suficiente para iniciar una religión mundial, para satisfacer la necesidad metafísica de incontables millones durante mil doscientos años, para convertirse en la base de su moralidad y de un notable desprecio por la muerte, y también para inspirarlos a guerras sangrientas y a las más extensas conquistas. En este libro encontramos la forma más triste y pobre de teísmo. Puede que se pierda mucho en la traducción, pero no he sido capaz de descubrir en él ni una sola idea de valor.