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¿Te sorprende que el mundo esté perdiendo fuerza? ¿De que el mundo haya envejecido? No te aferres al viejo, al mundo; no te niegues a recuperar tu juventud en Cristo, que te dice: El mundo pasa, el mundo pierde su fuerza, al mundo le falta el aliento. No temas, tu juventud se renovará como el águila'.