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Quítate el sombrero, al paso de la bandera. Y deja que el corazón opine; eres lo bastante hombre para tener una lágrima en el ojo que no te enjugues.
Quítate el sombrero, al paso de la bandera. Y deja que el corazón opine; eres lo bastante hombre para tener una lágrima en el ojo que no te enjugues.