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Todos nosotros tenemos la responsabilidad de trabajar para que llegue el día en que las madres de israelíes y palestinos puedan ver crecer a sus hijos sin miedo; cuando la Tierra Santa de las tres grandes religiones sea el lugar de paz que Dios quiso que fuera; cuando Jerusalén sea un hogar seguro y duradero para judíos, cristianos y musulmanes, y un lugar en el que todos los hijos de Abraham se mezclen pacíficamente como en la historia de Isra - (aplausos) - como en la historia de Isra, cuando Moisés, Jesús y Mahoma, la paz sea con ellos, se unieron en oración. (Aplausos.)