-
En sus manos o en las de cualquier otra persona, tanto poder sería, sin duda, peligroso. Yo soy el único hombre en el mundo a quien sería seguro confiárselo. Recuerde, ¡soy un profeta!
En sus manos o en las de cualquier otra persona, tanto poder sería, sin duda, peligroso. Yo soy el único hombre en el mundo a quien sería seguro confiárselo. Recuerde, ¡soy un profeta!