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  • Se puede decir de algunos lugares muy antiguos, como de algunos libros muy antiguos, que están destinados a ser siempre nuevos. Cuanto más nos acercamos a ellos, más remotos nos parecen; cuanto más los estudiamos, más nos queda por aprender. El tiempo aumenta en lugar de disminuir su eterna novedad; y para nuestros descendientes de dentro de mil años puede predecirse con seguridad que serán aún más fascinantes que para nosotros. Esto es cierto en muchas tierras antiguas, pero en ningún lugar lo es tanto como en Egipto.