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...es propio que el deber de ayudar a los pobres y desafortunados conmueva especialmente a los católicos, puesto que son miembros del Cuerpo Místico de Cristo. En esto hemos conocido el amor de Dios, dijo el Apóstol Juan, que dio su vida por nosotros, y nosotros también debemos dar nuestra vida por los hermanos. El que tiene los bienes de este mundo y ve a su hermano necesitado y le cierra su corazón, ¿cómo permanece en él el amor de Dios? (1Jn 3,16 17)