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  • La suciedad es un atributo tan propio de los funcionarios que casi podríamos considerarlos enormes parásitos... Del mismo modo, los padres de las extrañas familias de Kafka se ceban en sus hijos, echándose sobre ellos como parásitos gigantes. No sólo se aprovechan de su fuerza, sino que roen el derecho de los hijos a existir. Los padres castigan, pero al mismo tiempo son los acusadores. El pecado del que acusan a sus hijos parece ser una especie de pecado original.