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Y detesto a la gente a la que le cuesta más aguantar un vestido torcido que un alma torcida y que juzga a un hombre por su moño, su porte y sus botas.
Y detesto a la gente a la que le cuesta más aguantar un vestido torcido que un alma torcida y que juzga a un hombre por su moño, su porte y sus botas.