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Los sufíes nos aconsejan hablar sólo después de que nuestras palabras hayan logrado atravesar tres puertas. En la primera, nos preguntamos: "¿Son ciertas estas palabras? Si es así, las dejamos pasar; si no, las devolvemos. En la segunda puerta, nos preguntamos: "¿Son necesarias? En la última puerta, nos preguntamos: "¿Son amables?