Podemos ir a la deriva como si todavía hubiera una guerra fría, derrochando cientos de miles de millones de dólares en armas que nunca se utilizarán, ignorando los problemas de la gente en este país y en todo el mundo, siendo uno de los peores violadores del medio ambiente en la tierra, oponiéndonos a cualquier tipo de programa viable para proteger los bosques del mundo o para reducir la lluvia ácida o el calentamiento global o el agotamiento de la capa de ozono. Podemos ignorar las violaciones de los derechos humanos en otros países, o podemos asumir estas cosas como deben hacerlo los verdaderos líderes y aceptar el reto inspirador de América para el futuro.