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Reducimos la deidad a fracciones vulgares. Colocamos nuestras propias pequeñas ambiciones y las etiquetamos de "mensajes divinos". Con nuestra corta visión afectamos a tener una visión global de la eternidad.
Reducimos la deidad a fracciones vulgares. Colocamos nuestras propias pequeñas ambiciones y las etiquetamos de "mensajes divinos". Con nuestra corta visión afectamos a tener una visión global de la eternidad.