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  • Cuando te propones ser piadoso, el demonio en tu naturaleza te grita: "No andes por esos caminos, oh confundido; la angustia y la pobreza te vencerán. Serás despreciado, defraudado por los amigos, te arrepentirás". El temor del demonio ha atado sus almas; los gritos del diablo son el arriero de los condenados; la llamada del Señor es el guardián de los santos.