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  • Me sentí sumamente feliz, porque había visto. Ya nada podría ser igual. He bebido en las aguas claras y puras y mi sed se calmó. ...He visto la Luz. He tocado la compasión que cura todas las penas y sufrimientos; no es para mí, sino para el mundo. ...El Amor en toda su gloria ha embriagado mi corazón; mi corazón nunca podrá cerrarse. He bebido en la fuente de la Alegría y de la Belleza eterna. Estoy embriagado por Dios.