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No temas más el calor del sol ni la furia de los inviernos; has terminado tu tarea mundana, te has ido a casa y has cobrado tu salario. Todos los muchachos y muchachas dorados deben, como deshollinadores, convertirse en polvo.
No temas más el calor del sol ni la furia de los inviernos; has terminado tu tarea mundana, te has ido a casa y has cobrado tu salario. Todos los muchachos y muchachas dorados deben, como deshollinadores, convertirse en polvo.