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  • Nuestro bendito Salvador eligió el Jardín para su Oratorio, y al morir, para el lugar de su Sepulcro; y nosotros afirmamos por muchas causas de peso, que no hay nada más apropiado para enterrar a nuestros muertos que nuestros Jardines y Arboledas, donde nuestros Lechos pueden estar adornados con flores verdes y fragantes, Árboles y Plantas Perennes, los Jeroglíficos más naturales e instructivos de nuestra esperada Resurrección e Inmortalidad.