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  • Para la mayoría de nosotros, el karma y las emociones negativas oscurecen la capacidad de ver nuestra propia naturaleza intrínseca y la naturaleza de la realidad. Como resultado, nos aferramos a la felicidad y al sufrimiento como si fueran reales, y con nuestras acciones inhábiles e ignorantes seguimos sembrando las semillas de nuestro próximo nacimiento. Nuestras acciones nos mantienen atados al ciclo continuo de la existencia mundana, a la interminable ronda de nacimiento y muerte. Así que todo está en riesgo en cómo vivimos ahora, en este preciso momento: Cómo vivimos ahora puede costarnos todo nuestro futuro.