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Estoy seguro de que nadie que acudiera a esta ceremonia esperaba que un juez del Tribunal Supremo aprovechara la ocasión para hablar de esa palabra de cuatro letras que es el amor. Pero eso es bueno. En la vida, nunca seas predecible. No mola nada.
Estoy seguro de que nadie que acudiera a esta ceremonia esperaba que un juez del Tribunal Supremo aprovechara la ocasión para hablar de esa palabra de cuatro letras que es el amor. Pero eso es bueno. En la vida, nunca seas predecible. No mola nada.