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¿Es una daga lo que veo ante mí,
¿La empuñadura hacia mi mano? Ven, déjame agarrarte.
No te tengo, y aún así te veo.
¿No eres tú, visión fatal, sensible
al sentimiento como a la vista? ¿O no eres más que
una daga de la mente, una falsa creación,
que procede del cerebro oprimido por el calor?