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Hombres, no soy un hombre religioso y no conozco vuestros sentimientos en este asunto, pero voy a pediros que recéis conmigo por el éxito de la misión que tenemos ante nosotros. Y mientras rezamos, pongámonos de rodillas y no miremos hacia abajo sino hacia arriba con el rostro levantado hacia el cielo para que podamos ver a Dios y pedirle su bendición en lo que estamos a punto de hacer.