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No se tienen en cuenta en absoluto los intereses de las "plagas"; la propia palabra "plaga" parece excluir cualquier preocupación por los propios animales. Pero la clasificación de "plaga" es la nuestra, y un conejo que es una plaga es tan capaz de sufrir, y tan merecedor de consideración, como un conejo blanco que es un querido animal de compañía.