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  • Los comienzos de las empresas morales en este mundo nunca se miden por un crecimiento aparente. ... Al final llega la madurez repentina y el éxito completo, y el que es llamado en el momento final considera que este éxito es suyo. No es más que el segador y no el trabajador. Otros hombres sembraron y labraron, y él sólo participa en sus labores.