-
Un hombre no se salva contra su voluntad, sino que es hecho voluntario por la operación del Espíritu Santo. Una gracia poderosa a la que no quiere resistirse entra en el hombre, lo desarma, hace de él una nueva criatura, y es salvo.
Un hombre no se salva contra su voluntad, sino que es hecho voluntario por la operación del Espíritu Santo. Una gracia poderosa a la que no quiere resistirse entra en el hombre, lo desarma, hace de él una nueva criatura, y es salvo.