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Nuestro patrimonio estadounidense está amenazado tanto por nuestra propia indiferencia como por el cargo más inescrupuloso o por la amenaza extranjera más poderosa. El futuro de esta república está en manos del votante estadounidense.
Nuestro patrimonio estadounidense está amenazado tanto por nuestra propia indiferencia como por el cargo más inescrupuloso o por la amenaza extranjera más poderosa. El futuro de esta república está en manos del votante estadounidense.